El oro, un activo más líquido y menos volátil que las criptomonedas

La enorme revalorización de las criptomonedas durante 2020 ha llevado a muchos inversores a interesarse por ellas y comprarlas, a menudo de forma favorable, con el oro. Sin embargo, el metal precioso es un activo con mayor liquidez y mucho menos volátil que las criptomonedas.

En los últimos meses se han sucedido las comparaciones entre las criptomonedas y el oro, llegándose al extremo de afirmar que las primeras habían desplazado al metal como el activo refugio idóneo.

Desde el Consejo Mundial del Oro acaban de publicar un nuevo informe en el que comparan ambos activos y exponen sus ventajas e inconvenientes.

Las conclusiones de este análisis se inclinan a favor del oro, que es un activo tangible con una naturaleza dual única, como inversión y como bien de consumo.

Además, el oro aventaja a las criptomonedas en liquidez, es menos volátil, constituye una inversión estratégica a largo plazo y puede mitigar los riesgos que las criptomonedas pueden generar en la cartera de inversión.

Según el informe, la idea de que oro y criptomonedas pueden ser comparables procede de que ambos activos tienen un suministro limitado y constituyen alternativas a las divisas fiat.

Sin embargo, para el Consejo Mundial del Oro, esta comparación es simplista y obvia las importantes diferencias entre ambos:

  • El oro cuenta con fuentes de demanda más diversas.
  • El suministro y propiedad de las criptomonedas está mucho más concentrado.
  • Las criptomonedas han generado importantes rendimientos en las carteras de inversión, pero también han añadido un riesgo significativo.
  • El oro es un activo de alta calidad con enorme liquidez, que pude beneficiar a las carteras que invierten en criptomonedas.
  • Los cambios en el marco regulatorio de los países pueden modificar el atractivo de las criptomonedas.

El informe pone de relieve que la naturaleza dual del oro es una notable ventaja para el metal precioso, ya que lo distingue del resto de activos y le permite tener buenos resultados en tiempos de inestabilidad económica y beneficiarse de la expansión económica a largo plazo.

Frente a ello, el informe subraya que “las criptomonedas son activos digitales (no tangibles) que, en nuestra opinión, cuentan con una fuente de demanda única, que es la inversión”.

De ahí la enorme volatilidad y el precio registrados por el bitcoin recientemente, que están más vinculados con la inversión especulativa que con el posicionamiento estratégico.

Escasez

Una de las similaridades más recurrentes entre el oro y las criptomonedas es su escasez. Los stocks acumulados de oro crecieron un 1,7% en 2020, una tasa que no ha cambiado mucho en los últimos 20 años.

El stock de bitcoin crece a un ritmo anual cercano al 3% y está diseñado para ir reduciéndose a un crecimiento cero para el año 2140.

“Aunque tanto el oro como el bitcoin son finitos, el hecho de que el segundo cuente con un mínimo predeterminado de unidades en existencia puede constituir una ventaja. Sin embargo, la relevancia del oro se basa en una combinación de propiedades físicas y químicas, además de un excelente equilibrio entre disponibilidad y escasez, señala el informe.

Además, aunque el oro compite con otros metales preciosos como la plata, el platino o el paladio, sigue siendo el activo preferido como referencia monetaria y ha sido un importante componente de las reservas estratégicas de los bancos centrales desde hace muchos años.

“En cambio, nada impide que otras criptomonedas, posiblemente más eficientes, sustituyan a las actuales o se puedan sumar al suministro total. El cripto espacio ha experimentado una explosión durante los últimos años y se estima que, ahora mismo, hay más de 10.000 criptomonedas disponibles a través de distintas plataformas online”, advierten desde el Consejo Mundial del Oro.

Riesgo y volatilidad

El informe recuerda también que el bitcoin cuadruplicó su precio durante 2020 y lo ha multiplicado por nueve en los últimos dos años. “Sin embargo, las ganancias no están libres de riesgos. No es sorprendente que el ascenso del bitcoin haya estado acompañado por un crecimiento sustancial de la volatilidad y el riesgo, apuntan desde el Consejo Mundial del Oro.

En efecto, el bitcoin ha sido tres veces más volátil que el S&P 500 o el Nasdaq de la Bolsa de Nueva York en los últimos dos años, y más de 4,5 veces más volátil que el oro.

Esta volatilidad y su comportamiento en momentos puntuales de crisis económica impiden que se pueda considerar al bitcoin como un activo refugio.

Por ejemplo, en marzo de 2020, el bitcoin cayó más de un 40% desde su máximo, cerrando el mes con una bajada del 25%, un comportamiento más similar al de las acciones de las compañías tecnológicas que al del oro.

El metal, por su parte, cayó un 8% y enseguida recuperó su nivel, para luego continuar con una tendencia ascendente.

Regulación

Por último, el informe del Consejo Mundial del Oro pone el acento en la ausencia de un entorno regulatorio relativo al bitcoin, que le impide funcionar como medio de pago.

Tan solo 340.000 de los aproximadamente 18 millones de bitcoin que existen se utilizan en las transacciones diarias, es decir, menos de un 2%.

En comparación, las transacciones del oro promediaron los seis billones de dólares diarios en 2019, lo que representa el 40% del total.

Además, la proliferación del uso del bitcoin probablemente llevará aparejado un aumento de las regulaciones gubernamentales, para proteger sus propias monedas.


Tomado de www.oroinformacion.com

Escrito por José Ángel Pedraza